EL TELEVISOR

Ya estaba preparado. Lo tenía todo listo. La toalla, el bañador y la crema solar. Ya podía encender el televisor. Y eso hice. Di los tres soplidos y se encendió. El canal que salió estaba enseñando operaciones de cambio de cerebro, sople otra vez y salió un partido de rugby acuático, de nuevo sople y salió un programa de música silenciosa, otro soplido y por fin el canal que quería ver…, el canal de viajes y allí me metí. Atravesé el televisor y aparecí en una playa que estaba desierta a pesar del fantástico día que hacía. Hoy era la final del mundial y supongo que todo el mundo se había metido para ver el partido. Deje la toalla en la arena, me puse crema y me metí al agua. Estaba perfecta. Era más paradisíaca aún de lo que parecía en la televisión. Y era toda para mí solo. Estuve nadando durante un largo rato y cuando me cansé me tumbe en la toalla para secarme antes de regresar a casa pero cuando me intente volver a meter en la televisión para llegar a mi casa empezaron los problemas. Estaba seguro de que el punto de regreso era allí. Al lado de la palmera más alta. Por allí había entrado pero ahora no me dejaba regresar. Lo intente varias veces y nada. Estaba cerrado el acceso de retorno. De esto hace ya dos años. Y aquí sigo, sólo, en esta playa que se ha convertido en un infierno para mí. He podido sobrevivir pescando y bebiendo de los cocos que me voy encontrando pero ya no puedo más.  Los primeros seis meses intentaba regresar cada día pero ahora tengo claro que algo pasó con el punto de retorno. Alguna vez había oído hablar de los apagones por faltas de corriente eléctrica y nunca piensas que algo así te puede pasar a ti pero después de darle muchas vueltas creo que esta es la única explicación al motivo que se cerrará el punto de retorno y ahora sólo pienso en la manera de poder suicidarme y huir de este constante paraíso.

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